Subimos por la calle Padres Vélez hasta llegar a la altura de la calle Botica, donde a pocos metros nos
encontramos el establecimiento que da nombre a la vía.
Aunque la Botica es un establecimiento en activo, se pueden hacer reservas de visitas guiadas a las zonas más notables del lugar.
Terminada la visita continuamos por esta calle que tiene varias casas blasonadas, testigos de tiempos en el que un pequeño número de cortesanos se instaló en Peñaranda. También podemos disfrutar de la visita y el alojamiento en un hermoso lagar adaptado como casa rural.
La calle real nos conduce hacia una de las puertas de la población que se abría en la muralla: es la puerta de las monjas. Al igual que en la calle de La Botica, las casas blasonadas están a ambos lados, recuerdo de cuando la familia Zúñiga se instaló en este municipio.
La puerta de las monjas tiene, en su parte superior, una data de 1666. Son muchas las personas que "no quieren ver" el pequeño número 1 y se quedan con los tres 666 como marca demoníaca.
Al cruzar la puerta vemos, a nuestra derecha, varias casas porticadas de arquitectura tradicional Castellana y justo enfrente el convento, otrora de clausura, de las monjas con una pequeña capilla donde en invierno se ofrece el servicio religioso en lugar de la excolegiata.
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